MEDIOS DE IMPLEMENTACIÓN DE LAS METAS
META 16.b Promover y aplicar leyes y políticas no discriminatorias en favor del desarrollo sostenible
Las Metas 16.a y 16.b se denominan «medios de ejecución», lo que indica que son fundamentales para la consecución de todas las metas del ODS 16. Para diferenciarlas, las metas de «resultados» anteriores se designan numéricamente y las metas de medios de implementación se designan alfabéticamente. A pesar de que las metas de medios de implementación son condiciones suspensivas para las metas de resultados del ODS 16 —como se ha destacado a lo largo de este Marco— todas las metas del ODS 16 están conectadas inextricablemente entre sí y con los ODS en términos más generales. Y aunque parece haber cierta duplicación, conviene explicar brevemente el alcance y la pertinencia de estas metas de medios de implementación, ya que se refieren a las empresas.
¿Qué significa la Meta 16.b para las empresas?
Esta meta de medidas de implementación también es muy pertinente en todas las metas y es muy similar a la toma de decisiones inclusiva, participativa, representativa y que responda a las necesidades (Meta 16.7) y el acceso a la información y la protección de las libertades fundamentales (Meta 16.10). La Meta 16.b debe interpretarse asimismo junto con la Meta 16.a, ya que, sin las instituciones nacionales pertinentes y la cooperación internacional, los avances en la tarea de hacer frente a la discriminación y las desigualdades sistémicas (ODS 10) no pueden abordarse de manera eficaz e integral.
Este objetivo refuerza la necesidad de que los gobiernos y las empresas apliquen una perspectiva no discriminatoria, desde leyes y políticas hasta productos y servicios, con el fin de proteger a los grupos marginados de la discriminación como ciudadanos/as, empleados/as, clientes/as e inversores/as. Estos grupos incluyen a mujeres y niños, minorías raciales y pueblos indígenas, la comunidad LGBTI y personas con discapacidad, de acuerdo con los instrumentos internacionales de derechos humanos. También debe tenerse en cuenta el modo en que se trata a las personas en función de su edad (especialmente a los mayores), filiación religiosa, convicciones políticas o situación financiera, entre otras capacidades, en consonancia con la Carta Internacional de Derechos.
¿Cómo deben las empresas implementar la Meta 16.b?
Las empresas deben asegurarse de «no causar daño» absteniéndose de presionar al gobierno o adoptar prácticas que alimenten las desigualdades o injusticias sistémicas para promover sus propios intereses. Esta expectativa es especialmente cierta con respecto a los grupos indígenas o grupos económicos de menor nivel que son más susceptibles a la explotación como hemos visto en situaciones tales como grandes proyectos de infraestructura/minería que afectan a la cultura y las comunidades indígenas o con la crisis de las hipotecas de alto riesgo de 2008 o, más recientemente, la crisis de los opioides que afecta de manera desproporcionada a comunidades socioeconómicas de menor nivel.
Por otra parte, las empresas deben fomentar una cultura desde la «sala de juntas hasta la sala de exposición» de la diversidad, la equidad y la inclusión en relación con sus políticas y prácticas y con sus ofertas y relaciones. Se anima a las empresas a desarrollar programas integrales de educación y formación que incluyan el acoso sexual y los prejuicios inconscientes e incluyan temas como la edad, las sensibilidades culturales, la discapacidad, el origen étnico, el género, la situación económica, la religión y otras consideraciones sociales. Estos diversos temas son esenciales para considerar la elaboración de estrategias de mercado o la elaboración de mensajes de marketing. Y, como se señala a lo largo de este Marco, es importante disponer de los mecanismos de reclamación y reparación apropiados para abordar cualquier caso de presunta conducta indebida relacionada con las actividades o relaciones de la empresa.
Por último, las empresas tienen una oportunidad extraordinaria de abogar por principios universalmente aceptados que promuevan la diversidad, la equidad y la inclusión en todo el espectro de grupos protegidos. Esta oportunidad se ha demostrado en varios ejemplos a lo largo de este Marco en los que las empresas están alzando la voz y centrando sus inversiones con el fin de impulsar cambios legislativos y sistémicos en las formas importantes en que alinean sus intereses con los de sus clientes, empleados/as y comunidades.